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Muchas semillas son comestibles y
la mayoría de las calorías humanas proceden de las semillas, especialmente de
las legumbres y frutos secos.
Las semillas también ofrecen la mayoría de
aceites de cocina, bebidas y muchas especias y algunos importantes aditivos
alimenticios.
En diferentes semillas, el embrión o endospermo domina y
proporciona la mayor parte de los nutrientes. Una semilla es vida, es un
alimento vivo.
Es imposible comer una semilla cruda y no pensar en nutrición.
Si bien las variedades de semillas son muchas, en líneas generales podemos
decir que las semillas se destacan por su contenido en fibra que contribuye a
la salud intestinal y a prevenir enfermedades crónicas, así como también, es
importante su contenido en grasas saludables y en minerales que el cuerpo
necesita.
Solo hay una manera de obtener
al máximo los nutrientes de las semillas: “comiéndolas crudas”.
Una vez que son
expuestas al calor liberan sustancias toxicas.
No hay semilla que pueda
soportar ser cocida o calentada sin romper sus componentes nutricionales.
Pueden ser remojadas, molidas o hechas pure (tabini).
Algunas semillas que
pueden contribuir con nuestra nutrición son:
De girasol: es rica en ácidos mono
y polisaturados que ayudan a reducir el colesterol malo. También es rica en
fibra y destaca el contenido de potasio, fósforo, magnesio y calcio, así como
su riqueza en ácido fólico.
De lino: son muy ricas en ácidos grasos omega 3.
También posee vitamina C y E con un fuerte poder antioxidante y contienen
minerales como el calcio, hierro, potasio y magnesio.
Semillas de sésamo: son
ricas en grasa insaturadas y también poseen una elevada cantidad de vitamina E
y vitaminas del complejo B..
De amapola: otra fuente de calcio entre las
semillas junto al sésamo y posee también contenido de vitamina A.
De calabaza:
muy ricas en ácidos grasos omega 3 y omega 6.
De chia: rica en cinc.
De
granada: fuente de anioxidantes. Protege al cuerpo contra los radicales
libres, causantes del envejecimiento
prematuro.
De comino: es útil para los trastornos digestivos y como antiséptico.
De uva: provee vitamina E, flavonoides, ácido linoleico y polifenoles.
Las
semillas siempre fueron destinadas a formar parte de panes. Pero se las puede
incorporar en ensaladas, como cubierta de salsas o parte de un aderezo, en
bebidas, o como snak.
Una forma fácil de incorporarlas es espolvoreando las
comidas, o adicionarlas a los cereales o a la leche.
Fuente: Revista Optima. “Malezas
comestibles” (Asfaw y Tadese)