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Los actuales conocimientos sobre el cerebro han
cambiado conceptos con respecto al envejecimiento y derribaron viejos dogmas
vigentes hasta hace un tiempo.
El cerebro cambia para bien y constantemente por
su interacción con el entorno físico, emocional o social que rodea a una
persona. Y eso se llama plasticidad cerebral.
La plasticidad cerebral es
diferente a edades diferentes: grande en el joven, disminuida en el adulto y
desaparece casi completamente en el viejo. Sin embargo, las investigaciones actuales
han desmentido esto ultimo: se sabe que continúa en el cerebro de una persona
mayor y depende en gran parte del estilo de vida que desarrolle el individuo.
Nadie duda que ejercitar el cuerpo y la mente permite que se establezcan nuevas
conexiones entre las neuronas y se vayan sumando de manera activa otras
regiones cerebrales. En especial, en la corteza pre frontal, de invalorable ayuda
para prestar atención y concentrarse, reconocer personas y objetos, orientarse
y memorizar mas, planificar actividades y hacer mejores cálculos.
Algunos
recursos que ayudan a envejecer con éxito y a cuidar el cerebro son:
Restringir
la cantidad de calorías con comidas saludables.
Hacer actividad física aeróbica
de manera constante.
Aprender idiomas, computación, a tocar un instrumento
musical, leer o hacer juegos que no sean repetitivos.
Viajar.
Compartir el
tiempo con otros.
No fumar.
Evitar las situaciones de estrés, vivir el presente
sin lamentar el pasado.
Dormir bien.
No quejarse ni lamentarse por la edad que
se tiene.
Dar gracias a la vida.
No perder de vista la capacidad de reír y
divertirse.
Estos recursos ayudan a envejecer sanamente.
Sin duda, un
privilegio.
Fuente:
Revista Viva.
Junio
2015.
Dr. Norberto Abdala.
Santiago Ramón y Caja.
F. Mora.