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Pese a que muchas veces genera algún rechazo
cambiar un artefacto de calefacción por otro más moderno, sobre todo si
funciona correctamente, lo cierto es que la inversión suele resultar económicamente
conveniente. Es que los aparatos viejos son menos eficientes en el consumo energético
que los nuevos modelos. Por eso reemplazar esas reliquias de la casa con
aparatos más eficientes en el consumo de energía es conveniente. Cuando se
realice la compra, se debe buscar modelos que aclaren su característica de
eficiencia energética.
Un calentador de agua altamente eficiente solo funciona
cuando se lo requiere. Calienta rápidamente y luego deja de quemar combustible.
La recomendación también es válida para el consumo de agua: los inodoros,
duchas y canillas de bajo flujo pueden ahorrar mucha agua.
Se debe estudiar
el manual de cada aparato para estar
familiarizado con los métodos apropiados de operación. Se debe minimizar el
gasto de energía maximizando su uso. Si el lavarropas debe tener carga
completa. En el caso de la heladera, que siempre está encendida, se maximiza su
eficiencia apagando la temperatura en la configuración “ahorro de energía” o a
3 grados para el congelador. Para ahorrar en calefacción es conveniente un
aparato de alta eficiencia que queman menos gas, generan más calor y producen
menos emisiones de carbono.
Cambiar los filtros hace que sea más fácil que el
aire circule y por lo tanto hace que funcione mejor y el termostato programable
hará que si o hay nadie en la casa la calefacción no se active.
Fuente:
Suplemento Construcción, diario El Plata.
Julio 2016.