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El pensamiento es la semilla de lo que sentimos, de nuestras actitudes, nuestra visión, nuestras palabras y hasta de las acciones que realizamos, nos damos cuenta de que todo empieza en un pensamiento. Mi vida entera es el reflejo de lo que estoy pensando. Pensar positivamente tiene vital importancia porque nos permite recuperar la libertad que implica elegir.
Si estoy ante una situación muy positiva, pero yo estoy negativo, puedo cambiar. Y si estoy negativo y yo soy positivo, puedo tener esperanza, porque lo que va a pasar no tiene que ver con lo de afuera, sino con lo que estoy pensando. Ser naturalmente positivos, tener buena onda, es la naturaleza del alma: tenemos que volver a nuestra esencia.
Cuando la gente dice que hemos olvidado los valores, no contempla el hecho de que todos nosotros somos esos valores. Cuando hablamos de amor, paz, de respeto o de libertad estamos hablando de las cualidades intrínsecas del ser. Por eso, estamos, ante una crisis de identidad. Cuando buscamos las experiencias de la vida afuera de nosotros mismos, y entramos de lleno en la sociedad de consumo, la identidad queda pegada al tener o al hacer.
Cuando tengo una mirada puesta en el afuera, espero todo del afuera y me olvido de lo que hay adentro, de los valores. Me olvido de cuál es mi fuerza original, caigo preso de las situaciones adversas y pienso que no tienen salida.
Cuando estoy muy extrovertido, todo lo que está afuera me afecta y no soy capaz de filtrarlo. Imagínate que estoy manejando, hay un choque y el tráfico no avanza ¿Qué puedo hacer? Podría engancharme con eso que no puedo resolver y dejar que me afecte, o puedo observar el accidente y, si no está en mis manos que el tráfico avance, usar una de mis virtudes: la paciencia. Yo puedo elegir cómo vivir ese momento. Si estoy más paciente puedo tener una mirada diferente de lo que está pasando. Si soy capaz de retrotraerme, observar esto y aceptarlo, todo cambia. Las virtudes nos dan la experiencia de bienestar.
Reconectarnos son las virtudes de nuestra alma y apartarnos de los enojos, el miedo y la agresión es posible y se puede aprender.
Fuente: Revista Psicología * positiva. Entrevista Moira Lowe. Campaña para la no violencia Elige la calma.