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La llegada del tiempo primaveral se hace
evidente en un jardín cuando la mayoría de las plantas que lo habitan salen de
su letargo y recuperan su aspecto más vigoroso y colorido. 
Un mes antes de la
llegada de la primavera ya se puede comenzar a localizar y eliminar las malas
hierbas que crecieron en el jardín durante las temporadas frías. Estos
huéspedes indeseados se pueden arrancar manualmente, con la ayuda de una pequeña
pala o azada de jardín, siendo conveniente que el suelo se encuentre lo
bastante húmedo para ayudar a que las raíces salgan con más facilidad y
enteras.
Los arbustos, setos, rosales y trepadoras en un jardín serán los principales
destinatarios del trabajo de las tijeras, sobre todo en la última quincena de
agosto (en el hemisferio sur).
En el caso de los primeros, estos deberán recortarse
hasta que tengan una altura máxima que no supere el medio metro. Las ramas
sobrantes, dañadas o marchitas de los rosales deben cortarse antes de que
broten las yemas, justo por encima del lugar del injerto. 
El mejor momento para
realizar el trabajo en el jardín es cuando ya han pasado las bajas
temperaturas.
Fuente: Suplemento Construcción, diario El Día. Agosto 2015.