Existe una biblioteca Santa
Genoveva en Paris, magnifica, enorme, una obra de arte arquitectónica del siglo
19 que alberga casi 2 millones de documentos. Y también existe otra biblioteca
Santa Genoveva en el Delta de San Fernando, provincia de Buenos Aires, magnánima,
pero muy pequeña, de 50 metros cuadrados y con 6.000 libros que apenas tienen
cobijo en ese espacio, por lo que suelen viajar en lancha para extender la
posibilidad de lectura hasta donde el rio lo permite.
La Santa Genoveva local
tiene una extensa historia que se remonta a mediados del siglo pasado cuando
Genoveva Lattuga de Rojas – francesa, amante del Delta y cuñada del escritor e
historiador Ricardo Rojas – cedió en su testamento antes de morir el terreno
para la biblioteca en el arroyo Felicaria. Luego se constituyo la Sociedad de
Fomento Vecinal Arroyo Felicaria para hacerse cargo de la gestión. Y así comenzó
a rodar la historia de esta biblioteca que mediante la promoción de la lectura
entre la población isleña lleva adelante una importante labor social en la
zona.
Son 46 las lanchas escolares que recorren a diario los ríos y arroyos de
nuestro delta y en ella viajan alrededor de 2000 alumnos, docentes y no
docentes.
Las escuelas son los centros primarios de la sociedad isleña. Allí
concurren los chicos en las lanchas escolares y muchas veces sus madres a
vender algún producto de su producción como nueces o mermeladas, o a participar
de alguna actividad escolar.
Además desde la biblioteca se brindan talleres de alfabetización
para adultos, colaboran con el Club Felicaria en una escuela de canotaje para
los chicos de la zona y organizan encuentros con autores. Y también cuentan con
una bibliolancha a bordo de la cual se
realizan recorridas por el delta literario y talleres de escritura.
Fuente:
Revista Acción.
Marzo 2017.
Marisa Negri.
Veronica Engler.