Autoestima. Valorarse a si mismo





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La palabra autoestima suele estar a la orden del día, pero muchas veces resulta un concepto abstracto y vacio al que no se lo define ni delimita de manera concreta. 
La autoestima actúa como el sistema inmunológico del psiquismo, proporcionándonos resistencia, fortaleza y capacidad de recuperación. 
Una baja autoestima nos torna vulnerables ante los problemas de la vida. 
Si no creemos en nosotros mismos, en nuestra eficacia, ni en nuestra capacidad de ser amados, el mundo es un lugar aterrador. La autoestima es una experiencia intima es lo que pienso y lo que siento sobre mí mismo, no lo que piensa o siente alguna otra persona acerca de mi. 
Conseguir el éxito son lograr primero una autoestima equilibrada es condenarse a sentirse como un impostor y a sufrir esperando que la verdad salga a la luz. De 2 modos se obtiene el reconocimiento: por conformidad (ser como los demás) o por distinción (ser distinto y hacer que los demás valoren esa diferencia). Ser como los demás representa una garantía de aceptación social. Buscar el reconocimiento por distinción es más frecuente en adolescentes, porque les sirve para afirmarse en su autoestima e identidad. Hay adultos que también tienen un reconocimiento por distinción. Quizá porque siguen conservando la frescura juvenil. 
La admiración de los demás no crea autoestima, ni tampoco la erudición o  la maternidad, ni las posesiones materiales, las conquistas sexuales o la cirugía estética. A veces estas cosas pueden ayudarnos a sentirnos mejor con nosotros mismos, pero la comodidad no es autoestima. Sin embargo esa mirada-juicio sobre uno mismo es vital. Cuando es positiva, permite actuar con aplomo, sentirse a gusto consigo mismo, enfrentar dificultades. Cuando es negativa, engendra sufrimientos que afectan la vida cotidiana. Nos dejamos llevar por el deseo de ahorrarnos dolor que por el de buscar alegría.




En conclusión, las respuestas a los acontecimientos de la vida dependen en gran medida de que se piensa sobre si mismo y no de lo que los demás piensan de uno. Siempre es un error creerse más de lo que uno es o menos de que uno vale.


Fuente: 
Revista Viva. 
Enero 2018.  
Dr. Norberto Abdala, psiquiatra, docente.