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Mientras una persona duerme, el cerebro está activo.
Durante los sueños se exteriorizan contenidos con fuerte carga emocional. Quienes duermen menos de seis horas diarias pueden padecer diversas consecuencias. Hasta hace unos cien años se creía que durante el sueño nocturno cesaba la actividad cerebral.
En la actualidad se sabe, por el contrario, que mientras un individuo duerme el cerebro está muy activo y atraviesa por cinco distintas fases. Se llaman 1, 2, 3, 4 y REM y de manera sucesiva conforman un ciclo, el cual se repite varias veces durante la noche. La fase REM se caracteriza porque los ojos se mueven de manera rápida detrás de los párpados cerrados, los músculos están muy relajados y es donde se produce la actividad onírica, que incluye los sueños y pesadillas. En las fase 3 y 4 es cuando se alcanza el sueño más profundo y resulta difícil despertar a quien duerme. Los niños pasan casi la mitad del tiempo en la fase REM, los adultos mayores tienen escasas fases REM y los adultos pasan largas fases 2. Con los años se duerme menos horas y las fases comienzan y terminan antes.
La Organización Mundial de la Salud, recomienda para un adulto dormir entre 7 y 8 horas a fin de mantener un estado físico, psicológico y mental.
Quienes duermen menos de 6 horas pueden padecer las siguientes consecuencias:
Mayor ingesta de hidratos de carbono y calorías durante el día.
Incremento en el riesgo de accidentes.
Mal aspecto físico y envejecimiento de la piel.
Pérdida del tejido cerebral.
Descontrol e inestabilidad emocional.
Dificultades de memoria y de concentración.
Disminución de las defensas inmunológicas.
Es imperiosa la necesidad de atender como corresponde los trastornos del dormir.
Fuente: Revista Viva. Agosto 2014. Dr Norberto Abdala. Consultorio