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Quien no disfruta de un buen
aroma, sea cual sea.
Y es que el olfato es uno de los sentidos que más memoria tiene.
A través de él se puede viajar en el tiempo, traer a la memoria a personas,
situaciones o épocas enteras de la vida. Es uno de los sentidos que conecta con
inconsciente y puede activar todo tipo de emociones.
Los olores son una
herramienta de comunicación muy potente y todos tenemos una propia huella aromática:
emitimos y percibimos olores, olemos y nos huelen. También le sucede lo mismo
al hogar. Por todo ello, cuidar las fragancias que se respiran al llegar al
hogar, junto con la iluminación, o una buena música de fondo, ayudan a
desconectar de las obligaciones diarias y conectar con un estado de bienestar.
Para hacer que en la casa se respire un buen ambiente que llene los sentidos de
paz y bienestar al tiempo que remita a las mejores emociones que se guardan en
la memoria olfativa, hay que poner en práctica pequeños detalles.
Si se quiere
que la casa huela bien se deben mantener
los hábitos de higiene. Una vez
incorporados estos, se puede perfumar la casa con varias opciones: velas de
soja de calidad. Plantas, jarrones con hojas de eucalipto o flores cortadas de
temporada.
Las plantas aromáticas
colocadas en la cocina llenaran de buenos aromas el hogar.
El olor a café es
delicioso, independientemente si se lo toma o no.
Las bolsitas con lavanda
colgadas en armarios es perfecta para dar buen olor.
Otra opción es crear un
spray con el aceite esencial favorito y agua destilada.
Quemar de vez en cuando un trocito de papel
de armenia siempre genera un ambiente muy delicado y relajante. Y es que este
material tiene un aroma balsámico y especiado que acompaña muy bien al otoño y
al invierno.
Con todo esto le haremos caricias al olfato.
Fuente:
Suplemento
Hogar.
Diario El Día.
Abril 2019.