Cuando practicamos actividades al aire libre
que implican cierta demanda aeróbica, como tracking de media o alta dificultad
en senderos de montaña durante las llamadas 3 estaciones (es decir, excepto el
extremos frio de invierno), nuestra indumentaria debe cumplir al menos 3
funciones básicas: Ser respirable, porque al hacer actividad física producimos
vapor corporal y la ropa debe poder evacuarlo permaneciendo seca, para que no
perdamos calor y nos sintamos cómodos.
Ser impermeable, porque aun en verano
podemos acceder a áreas con nieve o porque al aire libre siempre puede haber
lluvias o lloviznas imprevistas.
Cortar el ingreso del viento, factor clave en
la sensación de incomodidad causada por la baja temperatura, ya que el viento
provoca una sensible disminución de la sensación térmica.
La clave para estar
bien equipados es vestirnos por capas: cada capa tiene su propia significación y
todas pueden combinarse en forma diferente de acuerdo con las condiciones climáticas
del momento y la intensidad de la actividad física que se practique. Capa
interior: es la más cercana a la piel y cumple la función de mantener la
humedad alejada. Estas telas deben ser respirables y no absorbentes. Las
prendas deben ser de materiales sintéticos, como poliéster o polipropileno.
Capa media: atrapa el aire frio del exterior y no permite que llegue a la piel.
Se recomiendan prendas de fibras sintéticas porque mantienen sus propiedades
aun húmedas, son más livianas y permiten más libertad, pero es importante que
sean rompe vientos y respirables, para dejar escapar el calor del cuerpo.
La
ropa y calzado deben ser respirables porque en 1 hora de actividad el cuerpo
pierde mucha agua y la ropa con baja respirabilidad atrapa el vapor de la transpiración,
que se condensa sobre la piel y la humedece. Capa exterior: el caparazón y se conoce como capa de cubierta,
ya que cubre y protege a las demás capas. Debe ser impermeable, respirable y rompe
vientos.
Fuente:
Suplemento Viajes. Diario Clarín.
Noviembre 2015.
Sebastian
Painceira