Existen razones de sobra para
prestarle atención a las hormonas: la alteración de sus niveles normales son
causa de más de un 80% de malestares y trastornos que muchas veces son
considerados como inexplicables. O peor aún, atribuidos a los “nervios”.
Las
hormonas son producidas en las glándulas endocrinas, cada una de las cuales
fabrica hormonas especificas imprescindibles para lograr una buena salud física
y psíquica. Son sustancias altamente eficaces, ya que solo se requiere de
pequeñas cantidades y dentro de límites precisos para que provoquen los efectos
necesarios y decisivos para el organismo.
Las hormonas coordinan las funciones
del cuerpo y actúan como mensajeros que transportan información. Los mensajes
les indican a las células de otros órganos como deben funcionar: a unas les
ordenan empezar a hacer algo; a otras detenerse y a otras que cambien el ritmo
de la actividad, lo cual no es extraño si se considera que las necesidades orgánicas
van variando durante el transcurso del día.
El sistema nervioso y el hormonal trabajan en intima asociación. Las
hormonas son responsables del estado de ánimo, la longevidad, el peso, el sueño
y la regulación de los periodos de reposo y actividad del organismo. Por lo
tanto, siempre que se presenten síntomas de angustia, depresión, miedos, falta
de deseo o de goce sexual, fatiga, sobrepeso, insomnio o dolores corporales
resulta imprescindible recordar que las hormonas pueden estar involucradas en
cada uno de estos trastornos.
Para tal fin, es imprescindible tener un panorama
completo de sus niveles en la sangre.
Fuente:
Revista Viva.
Julio 2016.
Dr.
Norberto Abdala, psiquiatra.
Consultorio.