El insomnio es un síntoma, no un
diagnostico, con origen en muy diversas causas y que si es persistente debe ser
tomado con seriedad.
Aunque millones de personas duermen mal, la mayoría no
consulta.
Muchos se utomedican o consumen alcohol con la intención de
combatirlo y otros se resignan a padecerlo.
Dormir mal puede determinar que
durante el dia aumente la presión arterial en personas hipertensas, que se
tiendan a calcificar las arterias coronarias y que aumenten los elementos pro
inflamatorios que facilitan la arterioesclerosis.
Las estadísticas señalan que
los riesgos de ataques cardiacos o de accidentes cerebro-vasculares son mayores
en las personas que duermen menos de 6 horas por noche.
La hormona de
crecimiento se produce mientras se duerme, razón por la cual es fundamental que
los niños y los adolescentes tengan un descanso reparador y de calidad.
A nivel
mental y cerebral se comprueban diversas consecuencias: disminución de la
capacidad de atención, alteraciones de la respuesta motora, retraso en la
capacidad de reacción ante diversos estímulos, menor capacidad para tomar
decisiones, agravamiento de la memoria, mal humor y dificultad para controlar
las reacciones emocionales.
Las personas que
no exteriorizan las emociones, que son perfeccionistas y que presentan
mayor activación psicofisiologica en situaciones de estrés suelen ser las más
propensas a sufrir insomnio, aunque no sea solo privativo de ellas.
Por lo
tanto, el insomnio puede tener consecuencias mucho mas serias que tener ojeras
y obliga a consultar al médico para un eficaz tratamiento.
Fuente:
Revista Viva. Abril 2017.
Dr. Norberto
Abdala, psiquiatra.