Autoritaria, fría y falta de
sentimiento, la madrastra actúa bajo el prisma de los celos.
Este es el caso de
La Cenicienta, de Blancanieves y de Hansel y Gretek.
En el primer caso la
madrastra trata más a su hijastra porque ve en ella todo lo que sus hijas no
poseen: belleza, delicadeza y encanto.
En el segundo caso, la madrastra no
puede soportar que la superen en belleza.
Por último, la bruja de Hansel y
Gretel, actúa impulsada por un sentimiento egoísta.
La madrastra puede ser el
personaje más real para el niño, ya que son muchos los que por uno u otro
motivo, viven en un ambiente natural. Ello no debe comportar problemas, pero
todo depende del tipo de relación que entablen o la edad del pequeño.
En
ocasiones el niño ve a la madrastra como una intrusa que quiere arrebatarle su
lugar preponderante en relación con el padre. Esto ocasiona rivalidades y
enfrentamientos, lo que hace que la relación sea tensa y no se acepte a esa
persona.
Los celos surgen son frecuencia entre hermanos y también pueden
aparecer con madrastra. Si la persona que representa ese papel no quiere ser
vista por el niño de esta forma no tiene otro remedio que esforzarse para
demostrar que n o quiere otra cosa que la felicidad del niño. Con esta impresión
de buscar un final feliz, el niño puede tranquilizarse e ir aceptando a esa
persona, dándose cuenta de que no quiere arrebatarle nada sino que quiere
ofrecerle otra relación estable y sincera.
Fuente:
The Walt Disney Company.
Diario Hoy.
13 de Marzo de 1996.