Títeres. Un instrumento maravilloso

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El espectáculo que uno hace para chicos fundamentalmente los tiene que divertir y entretener, lo que no quiere decir que tenga que ser pura risa. Con los títeres se pueden expresar muchas cosas; una obra que hable del juego limpio y sano, por ejemplo, en este momento es un mensaje solidísimo. Lo que se da a los niños tiene que ser bueno para los adultos, porque si el padre se aburre, el chico se aburre. En general, una obra de títeres es corta, sintética y trabaja mucho el humor, el grotesco, la farsa y la picaresca. En algunos casos también con la poesía, la metáfora y el drama, aunque con los más pequeños lo que más se usa es el humor y el absurdo.

 

El títere es algo muy cercano al chico. Tiene que ver incluso  con la construcción de su personalidad, con algo muy fuerte a lo que ni siquiera se le encuentra explicación. Por eso los chicos, que ahora están tan metidos con la tele y la computadora, se siguen entreteniendo con un muñequito que lleva un globo o con un pajarito que llora cuando está solo. De hecho, cuando salís, o te ponés el títere en la mano y les hablás, a los dos minutos nadie te mira, todos están mirando al títere. El teatro es un instrumento maravilloso y privilegiado que permite darles a los chicos un mundo mágico. Esto realmente los enriquece cuando ellos y sus padres o docentes van juntos y después de disfrutar de esto tan lindo, lo pueden revivir dibujando o charlando.

Fuente: Revista el ABC de los chicos. La Valijita para padres y maestros. 2005. Silvina Reinauld, titiritera y escritora