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Acercarte a tu esencia más profunda te ayudará a soltar viejas ataduras y, así, podrás darle a la vida la trascendencia que de verdad tiene. Buscá tu propio camino y comenzó la marcha.
En los momentos en que los conflictos abruman nuestra vida y nublan nuestra razón, es cuando más necesitamos conectarnos con nuestro ser interior, iniciándonos en la espiritualidad, esa fuerza inspiradora que refleja lo más hondo de nuestra alma y nos brinda la paz y el amor que necesitamos para vivir sin sufrir.
Aunque muchos de nosotros creemos que la espiritualidad es un conocimiento cultivable, aprehensible, lo cierto es que simplemente sucede. Nadie puede tomar la determinación y decir “a partir de mañana voy a ser una persona espiritual”. Este cambio en nuestra esencia y nuestro modo de afrontar la vida sucede cuando estamos preparados física y psíquicamente para asumir nuevas y venturosas alternativas para nuestras vidas.
La auto-observación es la clave para aprender a vivir profundamente. Consiste en ser conscientes de cada instante en que vivimos y desarrollar nuestra capacidad de relajarnos, prestar atención y tener una visión más profunda y atenta de lo que nos sucede. Esa atención nos permite conocernos mejor, mirar en nuestro interior con la intención de comprendernos, perdonarnos, aceptarnos. Nos posibilita recoger las energías dispersas en nuestra mente y concentrarlas con el fin de resolver problemas y sanar nuestro corazón. Además, nos proporciona esa gran serenidad que todos anhelamos.
Cuando por fin nos convertimos en observadores, guiados por la espiritualidad, dejamos el rol de jueces respecto de todo lo que sucede a nuestro alrededor y aprendemos a relativizar los problemas que no merecen nuestra angustia para implicarnos de un modo renovado. Así, ante las tormentas de la vida, en lugar de quedarnos rendidos al dolor, podemos afrontarlo e incluso superarlo y salir reforzados con una nueva perspectiva.
Debemos buscar tiempo para nosotros mismos; alimentar nuestra serenidad y aceptación; dar rienda suelta a nuestras ideas sin dejar que nos capturen; aprender nuevos modos de contemplar viejos problemas que parecían no tener solución.
Fuente: Psicología + positiva. Emociones.