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Que alcance el tiempo. Encontrar un hueco para......
Que el día rinda. Robar un rato de esto para esto otro. Apilamos actividades
casi sin pensarlas, al mismo tiempo que deseamos salir del modo sobreviviente
en busca de algo más equilibrado.
Actividades para hacer antes de las 8 de la
mañana, que, pase lo que pase, el resto del día lo percibiremos como un día
ganado:
Lograr al menos 7 horas de sueño: hablamos varias veces de la
importancia de un sueño reparador para tener un día productivo. Incrementa la
memoria, la actividad y la atención, disminuye el estres y la dependencia a
estimulantes como la cafeína. Si el trabajo o el horario de los hijos exigen un
despertar muy temprano, modificar la hora de comienzo del descanso.
Rezar,
meditar: sean espirituales o religiosas, la propuesta es dedicar un tiempo a
respirar, meditar o practicar ejercicios.
Poner el cuerpo en movimiento: la Organización
Mundial de la Salud, indica para los adultos de 18 a 64 años 150 minutos
semanales a la actividad física aeróbica de intensidad moderada o 75 minutos a
la aeróbica.
Consumir proteínas: las comidas ricas en proteínas dan una sensación
de saciedad mayor ya que tardan más en dejar el estómago. Leche, quesos y
carnes son las preferidas.
Leer/ escuchar contenidos interesantes: la gente común
busca entretenerse, la gente extraordinaria busca educación y conocimiento.
Un
baño de agua fría: el agua fría dispara ciertos neuroquímicos que modifican el
humor.
Revisar la propia visión de la vida: escribir las metas a corto y
mediano plazo. Si pensás en ellas a diario pasas el tiempo trabajando hacia
ellas, con un sentido, sin confusión o ambigüedad sobre lo que se esta
haciendo.
Fuente:
Revista La Nación. Julio 2015.
Benjamin Hardy, psicólogo especializado
en cambio organizacional.
Martina Rua. Marca personal.