Tejas. Elegancia en la vivienda



Las tejas son mucho más que un mero detalle de terminación. Actúan en una construcción como aislantes térmicos, acústicos, impermeabilizantes, fijadores y como elementos infaltables en cualquier proyecto de edificación sofisticado, por su alto valor estético. 
Son materiales funcionales que dan cubierta y terminación a las obras en sus partes superiores incluyendo tejados o techos, aleros, porches o columnas. 
Entre sus ventajas, permiten una mejor vista de la estructura y también protegen la construcción, derivando el agua de lluvia, aislando térmicamente para evitar el calor excesivo y el frio intenso. Brindan una decoración ideal ya que se presentan en diversos estilos, formas y materiales. Regulares e irregulares, naturales o sintéticas, planas, curvas, refractarias de la luz. Las opciones son múltiples, lo que las hace versátiles, pues logran adaptarse a diversos estilos arquitectónicos y de ambientación. El techo, el alero o cualquier espacio, que posea una terminación recubierta de tejas recibe el nombre de tejado. Esta técnica nacida en la Grecia antigua, surge de la colocación de piedras y tierra como materiales aislantes y protectores del hogar. 






En la actualidad, dependiendo de su estilo, material de confección y detalles, se pueden describir en cuanto a su composición como la conjunción en una o más partes. Por un lado el canal que es la depresión formada que recolecta y deriva el agua de lluvia hacia afuera del espacio de la construcción, y por el otro, la cobija, que es la que cubre la unión entre las mismas, siendo su parte más elevada. 
Se colocan en techos inclinados hacia afuera, para cumplir su función en formas curvadas, combadas o planas. De este modo, logran desviar agua de lluvia y hojas secas, mejorando la necesidad de mantenimiento y la aislación del hogar. 


Fuente: 
Suplemento Construcción, diario El Plata.


 
Septiembre 2015.