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El apego es una vinculación obsesiva (mental y emocional) a objetos, personas o actividades o ideas, originada en la creencia irracional de que ese vínculo proveerá de manera única y permanente placer, seguridad o autorrealización.
La persona apegada estará convencida de que sin esa relación estrecha (adherente o dependiente) le será imposible ser feliz, alcanzar sus metas vitales o tener una vida normal y satisfactoria.
Lo que define el apego, no es tanto el deseo per se, sino la incapacidad de renunciar a él cuando debe hacerse.
En las tradiciones orientales el apego es visto como la causa principal del sufrimiento humano y una forma de adicción.
Podemos apegarnos a cualquier evento de la vida: al juego, a las personas, al sexo, a la reputación, a las compras, a la moda, a la fama, a la comida, a las ideas, al trabajo, a la riqueza, al poder, al control, a la virtud, a la espiritualidad, al teléfono, a internet, al sufrimiento, a la comodidad, a la felicidad, al ejercicio físico, a la belleza, al éxito, a no perder el tiempo.
La dependencia psicológica no discrimina. En una sociedad cada vez más consumista, muchos de los apegos que padecemos son socialmente amparados en distintos tipos de intereses.
Fuente: rev. Psicología + positiva. Lic. Walter Riso.