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Bajones anímicos, cansancio, apatía, falta de concentración, contracturas musculares, desinterés, dolores de cabeza, malhumor, perdida de apetito, insomnio, solo son algunos de los padecimientos cotidianos que nos inflige la civilización contemporánea. 
No son males fatales pero pueden volverse crónicos, y en muchos casos derivar en patologías mas serias.
Por leves que sean, ademas, alcanzan para perturbar el desenvolvimiento normal de una persona, y lo mas inquietante es que afectan a un significativo porcentaje de la población.
Por leves que sean, ademas, alcanzan para perturbar el desenvolvimiento normal de una persona, y lo mas inquietante es que afectan a un significativo porcentaje de la población.
Que podemos hacer para desactivar estos malestares? En principio, rastreando su origen. La actividad que desarrollamos normalmente consume grande dosis de vitaminas, minerales y proteínas. Estas tres sustancias son indispensables para el funcionamiento normal del organismo.
Las vitaminas son básicas para el metabolismo y el crecimiento, las proteínas son una fuente clave de energía y los minerales generan flujos energéticos imprescindibles. Reponerlas, pues es una necesidad imperiosa. Siempre una buena y correcta alimentación es la acción por excelencia para reponerlas.
Las vitaminas son básicas para el metabolismo y el crecimiento, las proteínas son una fuente clave de energía y los minerales generan flujos energéticos imprescindibles. Reponerlas, pues es una necesidad imperiosa. Siempre una buena y correcta alimentación es la acción por excelencia para reponerlas.
Fuente: Ana Maria Gemoz
