#familia #relaciones #felicidad #síntomas #protagonistas #comunicación #reclamos #enfermedad
Los celos pueden ser el eje de una infinita variedad de situaciones. 
Hay algo que parece común: casi siempre hay una persona que se siente perjudicada, postergada, desposeída o abandonada y otra, que siente como injustos o arbitrarios los reclamos de la primera.
No importa si esto es así, o no. Lo cierto es que de este modo lo perciben los protagonistas.
Hay algo que parece común: casi siempre hay una persona que se siente perjudicada, postergada, desposeída o abandonada y otra, que siente como injustos o arbitrarios los reclamos de la primera.
No importa si esto es así, o no. Lo cierto es que de este modo lo perciben los protagonistas.
Ellos no precisan de justificativos. Pueden nacer de la nada con la misma facilidad con la que nacen de una evidencia.
Lo importante es poder ir mas allá de lo aparente para descubrir de que se habla en realidad cuando se habla de celos. La manifestación es apenas un síntoma. Sin embargo, como en tantas otras cosas, muchas veces reaccionamos contra el síntoma e ignoramos la enfermedad.
La ayuda de un psicólogo les puede ayudar a descubrir historias alternativas, tramas y escenarios diferentes que les permitan percibirse como autores de sus propias vidas.
Si los celos se explicitan, si se habla sobre las situaciones que los producen, si se mantienen abiertos los canales de comunicación entre todos los comprometidos, si cada quien habla de si, de lo que siente, las tormentas de celos en la familia pueden ser fenómenos pasajeros y, porque no, benéficos.
Gracias a ellos se puede ir corrigiendo y actualizando la trama de esa historia permanente, rica y única que es la de cada familia.
Gracias a ellos se puede ir corrigiendo y actualizando la trama de esa historia permanente, rica y única que es la de cada familia.
