Asado. El rito del asado

Dicen que somos el pais del asado, festejo tan extenso y frecuente en cada ciudad y cada pueblo de nuestro pais todos los dias. 
Los fines de semana se convierten en un ritual nacional. Ir a un asado produce una alegria diferente, sabemos que vamos a estar afuera, en verano la mesa estara a la sombra y en invierno al sol con los invitados arropados con bufandas y camperas. 
Es un festejo tan innato, tan de nuestra idiosincrasia, que se amolda a diferentes presupuestos, importa mas a veces la ceremonia y el hacer que los cortes y la variedad. Si podemos afirmar que no debe faltar el chorizo y la tira o el vacio, asi como la ensalada mixta de lechuga, tomate y cebolla. Chimichurri y salsa criolla tendran presencia con sus variedades, tecnicas, discusiones de proveniencia, legados, historia, forma parte del hacer. 
El asado une a la gente de forma sencilla y vital, es un espacio donde niños y grandes conviven con la informalidad del estar parados, sentados, jugando a la pelota, hablando de deportes, vestidos, politica y amor. Es muy inclusivo para los niños y que van y vienen, ensuciandose en un dia tan distendido como feliz. 
El asador, con su repasador al hombro, mide brasas y distancias mientras las achuras buscan el punto, los chorizos chillan y sudan sus bellas gorduras, el vacio se dora y la tira de asado espera para el final. Y muchas veces una radio que transmite las preliminares del futbol hace de fondo. 
Un asado se come de a poco, no vale servirse un plato lleno de cortes que se enfrian mientras comemos, es bueno ir a la parrilla muchas veces, llevandonos a la mesa pequeñas delicias que disfrutaremos calientes y crocantes. Aprender del  gaucho que come de pie, con un pedazo de pan en la mano izquierda y en la derecha su facon, corta un trozo apoyandolo sobre el pan y haciendo una incision sobre la carne, mordiendola, mientras va mirando y eligiendo el proximo bocado sobre el fuego. Siempre caliente, siempre deseado. 
Es la astucia del asador. 


Fuente: 
Revista La Nacion. 
Junio 2015. 
Francis Mallman. 
Tierra de fuegos