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Se denominan asesinos de la productividad.
Reconocerlos es el primer paso para lograr una construcción mas saludable.
En
el trabajo, nadie está exento de los asesinos de productividad. Son acciones,
modos, personas, que tiñen la atmósfera de gris y que dificultan el trabajo y
el bienestar.
Politiquería: se genera por varias razones, sea el amiguismo, sea
un liderazgo que requiere de politiquería para poder sobrevivir y sostenerse en
el tiempo. Son organizaciones que pierden
mucho tiempo en el juego del poder.
Radiopasillos: nada peor para perder
tiempo y armar tramas policiales en la organización que no terminan en nada.
Discriminación o falta de diversidad: vemos empresas que están haciendo un
esfuerzo por dar mas espacio, por
ejemplo, a las mujeres en equipos directivos. Esto trae mayor diversidad no
solo de genero, sino de ideas.
Reuniones: las oficinas argentinas están repletas
de reuniones permanentes sin agenda y sin sentido. Una empresa local decidió que
las reuniones iban a ser cortas. ¿Como? Se hacen de parado, así no duran mas de
1 hora.
Falta de motivación: encontramos en las organizaciones mucha gente que
esta en modalidad de piloto automático, regulando esfuerzos y con un bajo nivel
de compromiso.
Falta de espíritu: sucede muchas veces cuando el top management
es muy homogéneo en su formación, puede generar que se anule la creatividad y
produce pérdida en la productividad laboral.
Falta de visión: la productividad
se ve afectada cuando falta una visión que
inspire a la gente a dar el 100% porque quiere y no porque se lo piden o
habrá consecuencias si no lo hace. Hay
que darles poder para que se adueñen de su trabajo, involucrarlos en los
procesos de toma de decisiones.
Fuente:
Revista La Nacion.
Junio 2015.
Martina Rua.
Sergio Meller.
Andres Hatum.