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Muchas veces se utiliza la denominación de
suculenta como sinónimo de cactus, pero hay
que tener mucho cuidado, pues por suculenta se entiende a todas las
plantas que presentan tejidos en hojas o tallos que acumulan agua, por lo tanto
todos los cactus son suculentas, pero no todas las suculentas son cactus.
Los
cactus son plantas que modificaron sus hojas en forma de espinas para tener
menos superficie y no perder agua, pues viven en suelos y climas desérticos. El
cactus está adaptado a ellos y por eso acumula agua en los tallos. Su gran
enemiga es la combinación del frio con
la humedad. Por eso en el invierno hay que suspender el riego. Les gustan los
lugares entre sol a una semi sombra. Se riegan de fin de septiembre a fin de
marzo. Luego ir espaciando el riego. Necesitan un sustrato de tierra mezclado
con arena, que tenga buen drenaje, que sea suelto. Se deben resguardar de la
lluvia. Muchos florecen en verano, cada flor dura 1 o 2 días. Son muy llamativas. Siempre es bueno que tengan algo
de protección, como estar bajo un alero o detrás del vidrio de una ventana
luminosa.
A las suculentas les gustan los contenedores chicos, pues en ellos el
agua se evapora más rápido. Estas plantas pueden tener pulgones o cochinillas.
Para los primeros pulverizarlas con agua con jabón blanco. Para las segundas,
lo ideal es preparar 1 litro de agua con
4 dientes de ajo en mitades, un trocito de jabón blanco y 4 cucharadas soperas
de alcohol fino, llevarlo a la heladera 48 horas, luego colarlo y pulverizar la
planta, saturando bien.
Fuente:
Revista Deco, diario El Día.
Agosto 2015.
María
Martha Pizzi, paisajista.
Ana María Gemoz.
