Baños termales en casa. Variaciones

Las variaciones de los baños termales dan distintos beneficios: los sulfurosos, los salinos, los azufrados, etc., tienden a provocar distintos cambios en el organismo, pero no por incorporación del elemento al cuerpo, sino por absorción. Para ser más claros si un individuo se sumerge en un medio salino por diferencia de PH, la sal absorberá el acido úrico del organismo que sale a través de la piel. Dado los beneficios que esto produce, así cada toxina o sustancia indeseable tiende a salir acorde con el tipo de baño que se tome. 
Las duchas diarias depuran los poros, logran activar la circulación y relajan los músculos. Serán practicadas por quienes sufren dolores de cuello y cintura, beneficio que logran inconscientemente ya que el golpeteo y la temperatura del agua provocan relajación y sedación del dolor. Cuando se realizan con temperatura que rondan los 35 grados, el pulso se acelera, la sangre acude con mayor intensidad a los órganos internos, reactiva además la presión sanguínea. Cuando la temperatura excede los 35 o 37 grados, ejerce influencia sobre los nervios sensitivos, produciendo sedación general. 
Es posible incorporar a un baño de inmersión distintos productos y hacerse el propio baño termal. Con un poco de ingenio, usted podrá realizar baños termales en su casa con distintos productos que se podrán adquirir en cualquier farmacia. La indicación es que estos serán de 20 minutos de duración y se podrán realizar diariamente, previa consulta con el médico de cabecera. 
Baño sulfuroso y azufrado para artrosis, artritis, acné, eccema seborreico, soriasis, síndrome varicoso, dermatosis diabética. 
Baño acido carbónico para enfermedades cardiacas, circulatorias, vasculares, hipertensión, angina de pecho. 
Baño clorurado (de sodio, calcio o magnesio) para afecciones catarrales, respiratorias, estados de astenia general. Baños de rodón y radio para estimulación endocrina, aumento de producción de hormonas, disminución de acido úrico, mayor diuresis. 
Baños de limo, lodo y fango para enfermedades crónicas articulares, neuritis, secuelas de fracturas, inflamación de órganos genitales, esterilidad, insuficiencia ovárica, alteraciones neurovegetativas. 



Fuente: 
Suplemento El Día Domingo, diario El Día. 
Dr. Norberto Furman, kinesiólogo y fisiatra