Nuestra cultura y sociedad
tienden a jerarquizar mas la razón que la emoción.
Se considera que son 5 las
emociones básicas: amor, alegría, miedo, rabia y tristeza. Y son señales que
permiten enfrentar la vida y responder en consecuencia: el enojo anuncia que se
han traspasado nuestros limites, el dolor nos indica que existe una herida, el miedo comunica un
peligro, el placer ayuda a tomar conciencia de aquello que satisface, la
tristeza denuncia lo perdido, la frustración expresa que existen necesidades no
logradas, la impotencia implica la falta de capacidad para el cambio, la confusión
sugiere que estamos presos de datos contradictorios.
En pocas palabras cada emoción
tiene un determinado significado.
La emoción es como la energía que se
transforma pero no desaparece a pesar de que se evite expresarla. Nunca mueren
y al reprimirlas o ignorarlas quedan encerradas y explotan en el cuerpo.
Algunas veces a través de enfermedades digestivas, cardiovasculares, inmunológicas,
dermatológicas, hormonales.
Quien reprime las emociones dolorosas también esta
condenado a no sentir las emociones agradables como la alegría, el goce, la
felicidad o el placer.
La represión o el bloqueo de las emociones determinan
que el cerebro produzca ciertos neuropeptidos que alteran y dañan el normal
funcionamiento del sistema neurológico, el hormonal y el inmunológico,
generando variadas enfermedades.
Fuente: Revista Viva diario Clarin.