La funcion de la mujer en el
periodo colonial fue el de constituir una familia legitima: casarse con un
hombre blanco y cristiano, tener muchos hijos y ocuparse de todas las cosas de
la casa, bajo la supervisión de su marido.
En las capitales virreinales, la
clase mas acomodada, formada por ricos hacendados criollos, grandes
comerciantes monopolistas y altos funcionarios reales y del clero, buscaba
recrear un ambiente cortesano a la europea.
Las vecinas de las ciudades
coloniales eran amas de casa, en el estricto sentido de la palabra: dueñas de
un solar urbano edificado, al que además correspondía una quinta o chacra en
los alrededores y patronas de una servidumbre que podía incluir indios. Salvo
bienes manufacturados como las telas, herramientas, muebles y utensilios, la
carne, las velas y la harina, gran parte de los artículos de consumo provenían de
la misma producción de la huerta o la chacra familiar; frutas, pollos. Gallinas,
huevos, etc.
El ama de casa en las familias mas pudientes era la administradora
y gerenciadora diaria de esa economía, mientras sus maridos se dedicaban a los
negocios, la administración publica o la explotación de sus propiedades.
En las
familias avecindadas, menos acomodadas, esas tareas estaban en manos de las
mujeres de la casa. Tejer, coser, bordar, cocinar, eran habilidades que debía dominar
toda vecina, ya fuese para practicarlas o para controlar y supervisar su realización
por la servidumbre.
Fuente: revista Viva. La historia en foco.