Referir a la vulnerabilidad
implica hablar de algun tipo de riesgo. Algo, alguien, un grupo, un pueblo
padecen de la susceptibilidad de lo que puede ser o parecer una amenaza. Asi
como quien vive en zonas frias, cerca del agua o de un volcan, es vulnerable al
frio, al agua y a la lava, todos podemos sentir a flor de piel la sensibilidad
que nos provoca cualquier fenomeno natural, social, economico… el que cada
quien considere. Podemos justificar a la naturaleza porque nadie puede mas que
sus deseos o caprichos, pero el alerta es mayor cuando corremos riesgo de
sentirnos vulnerables por alguna amenaza provocada por el hombre.
Mas que vivir
atemorizados, seria conveniente identificar esos factores de preocupacion y desarrollar
la capacidad de anticiparnos, prevenir, evitar o recuperarnos de su
impacto.
Siempre debemos recordar que
tenemos la capacidad de estar “resilientes”, que todos tenemos la posibilidad
de superar satisfactoriamente hasta las situaciones mas traumaticas.
Tenemos
recursos emocionales suficientes para aceptar que, asi como no todo es lo que
parece, sentirnos vulnerables no significa que estamos condenados a serlo.
Fuente: Revista La Nacion. Noviembre 2013. Eduardo Chaktoura. Psicologo y
periodista.