Cuentos para dormir. La semillita de fresno

Era de día y saltando una semillita de fresno fue a chocar contra la nariz de Revoltoso, un gato mañoso con el sueño un poco pezadon. En ese momento Revoltoso, desperezándose de su siesta de las tres comprobó lo que creía. Se dio cuenta que la semillita quedo a su lado, sin nada que comer, ni algo que la abrigue. Entonces Revoltoso llamo a Maruja, la pulga que vivía dentro de Andrés, un gran perro irlandés, que al saltar Maruja de su lomo, esta cayo en un pocito con tierra haciendo que unas piedritas saltaran chocando su trompa despertándolo y despertando a sus cuatro hermanos. 
Andrés y Maruja comprendieron que la semillita necesitaba tener una casa donde crecer y como tenían un gran corazón, trataron de buscarle la solución. Mientras Maruja, Revoltoso y Andrés pensaban al sol llego Pomposa, una simpática mariposa jugando a pintar con colores todas las flores. Y también llego Leopoldo, un sapito viajero. 
Entre todos pensaron que como Alfredo, el cedro del campo vecino, estaba muy solo, tal vez quisiera tener compañía. 
Al cabo de un mes, el fresno creció y se sintió feliz por haber encontrado seres que lo quisieran, y el cedro Alfredo estaba contento de tener con quien compartir. 

Cuento escrito por Mariela en 1.993.