Para un adulto es una postura
casi imposible, salvo que sea un experto yogui, pero para el bebe es facil y
comoda. Baja la cabecita, al tiempo que eleva su cadera hacia el cielo y apoya
las manos y la cabeza en el piso.
Esta curiosa posicion recuerda la postura de
un perrito oliendo el piso.
Si lo haces junto a tu niño, no lograras apoyar la
cabeza en el piso, pero acercando la posicion, se descarga el corazon, el
cerebro se beneficia de un mejor riego sanguíneo y los musculos posteriores de
las piernas se estiran y se fortalecen.
Fuente: Ser Padres Edición Chile.