El acto de comer se entreteje con
la vida emocional.
Una incorrecta nutrición altera el funcionamiento del
organismo y del cerebro, produciendo trastornos afectivos y de ansiedad, además
de conductas compulsivas.
Toda persona necesita alimentarse para vivir: sin
comer, sin comer de una manera adecuada o sin comer alimentos variados, no es
posible tener salud física y mental.
Pero comer no es solo ingerir alimentos
sino que se entreteje con la vida emocional. Por ejemplo: cuando un bebe es
amamantado no solamente recibe leche, también advierte que desaparece la sensación
de hambre, siente un tibio contacto con su madre, percibe palabras, miradas,
sonrisas, besos, mimos y atención. Es decir, no solo se alimenta sino que se
vincula con la madre, quien adquiere en ese psiquismo en formación un
significado prevalente para su desarrollo personal.
En la vida social existe la
asociación entre “celebrar, comer, beber”.
Es esta la época en la que mayor
prevalencia tienen los trastornos alimenticios (obesidad, anorexia nerviosa,
bulimia). Probablemente, por el diseño de esquemas mentales relacionados con la
estética corporal y la búsqueda de aceptación social a través de un modelo físico,
los cuales a la vez se combinan con conflictos emocionales.
Para muchos, la comida es un mal alivio para
angustias y depresiones, para otros la comida es símbolo del amor de que
carecen, y para pocos la comida es la nutrición necesaria para vivir y tener
salud.
Por lo tanto, comer bien o mal es el fruto de significados inconscientes
siempre muy activos que se deben atender.
Fuente:
revista Viva.
Dr. Norberto
Abdala.
Junio 2013.