Desde hace algunos años se esta
generalizando en los medios de comunicacion el empleo de un lenguaje vulgar y
grosero, cuando no abiertamente soez. No se trata de situaciones excepcionales
mediante las que se busca relatar algun hecho particular o reproducir un
dialogo circunstancial, sino del modo en que rutinariamente se dirigen al
publico quienes lo hacen desde la radio o la television. Lo grave es que, como
la escuela practicamente ha renunciado a enseñar la lengua porque considera que
basta con que los niños la hablen, los verdaderos maestros de los chicos son
las personas que asi se expresan desde los medios de comunicacion.
La enseñanza
de la lengua en la escuela pretendia introducir a los alumnos en el manejo de
la lengua publica. Pero hoy, al haberse borrado las fronteras entre lo publico
y lo privado en todas las actividades sociales, la escuela tambien ha desertado
de esa tarea.
El lenguaje vulgar que emplean, que cosifica y degrada al ser
humano, no hace sino reflejar interiores vulgares y hasta ha perdido ya todo
efecto provocador.
La palabra que ensucia la lengua termina por ensuciar el espiritu.
Es la palabra la que crea el clima del pensamiento y las condiciones de la accion.
Fuente: Revista La Nacion. Mayo 2014.
Guillermo Jaim Etcheverry. Reflexiones.
Arturo Uslar Pietri. La lengua sucia.