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La gente desapegada o psicológicamente
independiente del siglo 21, anda por la calle como cualquiera, no levita ni es
profeta, va a fiestas, maneja autos, se casa o se separa, discute, se ofusca,
toma partido, practica deportes, etc. La idea no es que reprimas tu capacidad
de sentir y termines siendo alguien con una personalidad encapsulada, aburrida
y amargada.
No hay que convertir la vida en una patología o ver apegos por
todas partes, sino tener claro cuando se está jugando con fuego y cuando no y
tomar las decisiones pertinentes. 
Estar aficionado a una actividad y volcarse a
ella con entusiasmo es saludable y conveniente.
La cuestión se complica cuando
dicha tarea se hace incontrolable e imposible de gestionar. Si esto es lo que
te ocurre, quizás estemos metidos en una trampa adictiva. ¿La solución? Buscar
puntos medios y apelar a la moderación.
Oscar Wilde alguna vez citó al poeta
chileno LiMi-an acerca de la mesura: la flor abierta a medias es siempre más
linda. Con medias velas bogan bien las naves y a medias riendas trotan los
caballos. 
Fuente:
rev. Psicología + positiva.
Lic.Walter Riso.