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La persona apegada no es dueña de
sus acciones.
La persona apegada nunca estará satisfecha. Ya sea porque quiere llenar un
vacío que no se llena o no puede tener acceso, cada vez que se antoje, el
objeto/persona de su apego. Su sed por el otro será inextinguible y cuanto más
reciba mas querrá.
Si la persona apegada, piensa que su fuente de apego lo es
todo y el principal motivo de su existencia, es apenas natural que el miedo a
perderla no la deje en paz. 
Las personas apegadas que llevan mucho tiempo
adictas a una actividad, un bien material o a los demás, ya no saben en
realidad quienes son: no se encuentran a sí mismos.
Desapegarse es disfrutar
las cosas sabiendo que son transitorias y desarrollar un estilo de vida
fundamentado en la independencia emocional, no posesión. Implica tener claro
que no necesitamos crear una falsa identidad para funcionar plenamente como
personas.
El desapego no es el tipo de conducta, su frecuencia o su topografía,
sino la manera en que nos vinculamos con nuestras fuentes de placer, seguridad
y realización personal. Si estamos dispuestos a la perdida, así disfrutemos el
vínculo y lo cuidemos, estamos desapegados. 
Fuente:
rev. Psicologia + positiva.
Lic. Walter Riso