La vida moderna expone a la mayoría
de las personas a continuos desafíos que le provocan estrés.
La competencia,
las exigencias, el estatus social, la ambicion, la depresión, las creencias y
el modo de ver las cosas, producen estrés.
Es una respuesta normal organica
frente a una amenaza de peligro.
El cuerpo se prepara para defenderse o
escapar, permite la adaptación y favorece en las situaciones de cambios.
Este estrés
no produce ningún problema siempre que
no se convierta en un estado crónico.
La angustia es un estado emocional
caracterizado por ansiedad, un temor exagerado y una incapacidad para manejar
algunas situaciones. Se puede llegar a manifestar con ataques de pánico o episodios
de miedo intenso, los cuales son frecuentes y repentinos.
Controlar el estrés requiere
hacerse cargo de los pensamientos, emociones, los horarios, el entorno y la
forma de resolver los problemas.
El objetivo final es una vida equilibrada, con
tiempo para el trabajo, relaciones, relajación y diversión, además de la
resistencia para soportar la presión y cumplir con los desafíos que se acercan.
Texto extraido de suplemento SALUD diario Clarin.