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La persona normal es
moderadamente feliz. 
Las mujeres y los jóvenes lo comunican más.
Identificar
los verdaderos deseos.
Nunca habrá felicidad si se persiguen sueños o proyectos
ajenos.
Ser precisos y concretos sobre los objetivos. 
Sintonizar con las
propias emociones.
No olvidar que da placer y que gratifica.
Sincronizar con
los relojes del tiempo. Ni ayer ni mañana: hoy, aquí y ahora.
Vivir del pasado
es nostalgia. Vivir el futuro, ansiedad. Vivir de lo que no logre, angustia.
Vivir de lo que voy a lograr, estres. Todo esto genera la pérdida de la
oportunidad que se puede tener hoy.
Es fundamental promover vínculos saludables.
Reunirse con amigos, cuidar las relaciones íntimas, conocer los beneficios que
conlleva agradecer, perdonar y pedir perdón.
Buscar el reconocimiento
profesional y/o económico en nuestro trabajo.
Cuando uno siente que solo no
puede, mas allá del apoyo familiar y de amigos, consultar con los profesionales
capacitados para ayudar a trabajar sobre trastornos, dolores y limitaciones.
Pensar más sugerencias, compartirlas, tener proyectos.
Fuente:
Revista La
Nación.
Enero 2014.
Eduardo Chaktoura.