La falta de un espacio verde en
el que disfrutar del aire libre no es un problema. Los balcones y las terrazas
se presentan como pequeños paraisos en los que relajarse cuando la temperatura
es propicia.
Contemplar el cielo al atardecer o mirar el amanecer de un fin de
semana cuando, sin prisa y por puro placer decide levantarse sin que el
despertador le apremie, apoyado sobre la
baranda, resulta un placer inigualable. Si lo decora de acuerdo a sus
posibilidades, se convertira en un rincon en el que refugiarse. Detalles
sencillos que no ocupan espacio, pero que cumplen su funcion a la perfeccion,
pueden darle la solucion para una cena romantica al aire libre, para un
desayuno relajado o para un aperitivo sin prisa. Cuando el balcon es tan
pequeño, que no llega a tener el calificativo de terraza, el espacio juega en
nuestra contra, pero los complementos no. Colores atrevidos como el rojo o el
verse, rivalizan con el blanco, dando protagonismo a las plantas para las que tambien
encontramos sitio. Un macetero metalico en tonos intensos para colgar. O un
macetero para colgar en la baranda. En uno de los extremos del balcon puede
colocar una estanteria y colocar plantas de flor corta o que caiga sobre la del
estante inferior. Todo esto se completara con alfombras, almohadones, mantas y
tejidos en general. Para una buena iluminacion porta velas metalicos en varios
colores, que se cuelgan en la baranda. Tambien se puede crear un juego de luces
con antorchas de baranda que provocara un toque calido en verano, cual hoguera
en la playa.
Fuente: Revista Deco, diario El Dia. Febrero 2014.