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Antes de partir es fundamental
chequear que estén colocados los seguros en las puertas. Además los menores de
10 años tienen que viajar en al asiento trasero. Los chicos de 1 año (o los que
pesen menos de 10 kilos) deben ir mirando hacia atrás y sujetos en un asiento
de auto para lactantes, a fin de evitar el movimiento brusco del cuello. Para
los que pesan entre 10 y 20 kilos se usa un asiento convertible que se sujeta mirando
hacia adelante.
Ante un viaje los chicos se sienten alterados y la única manera
de calmar esa ansiedad es hacer que sea lo mas entretenido posible. Por eso hay
que organizar distintas actividades para el tiempo que dure el trayecto. Llevar
música con canciones que ellos conozcan y otra más tranquila para cuando llegue
el momento de dormir. Esto estimulará la calma. No hay que olvidarse de su “compañero
de sueños” que es ese objeto o muñeco que usan para dormir. Es probable que
sientan frustraciones cuando quieran dibujar o leer y el movimiento del auto no
se los permita. Lo mejor para el viaje es elegir juguetes que sean fáciles de
manipular. Improvisar juegos que impliquen observar el paisaje, como nombrar
los animales que aparecen, los colores de los autos o contar las estaciones de servicio.
Fuente: Guía para
Padres. Jardín de Genios. Diciembre 2003. Andrea Cotroneo, maestra jardinera.