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Ofrecer un BRUNCH (nombre que surge de la unión de breakfast y lunch- desayuno y almuerzo en ingles-) es una manera de recibir distinta, ideal para un bautismo, un aniversario o una celebración de fin de año.
Antes que nada, elegir el lugar, Lo recomendable es adentro para que no se dañe la comida. Y de ser afuera debe ser un lugar reparado.
Disponer la vajilla y las bandejas sobre la mesa decorada a gusto.
Cuando llegan los invitados se ambientará un desayuno: té, café, mate, en cajitas decoradas junto a los termos de agua caliente.
En mesa aparte edulcorantes, azúcar, miel, junto a budines, masitas, panes y dulces.
También yogures en cuencos con hielo, frutas frescas y jugos.
Si hay chicos no pueden falta las gaseosas, pero ofrecer una sola variante y agua. Lo mismo que a la hora del postre, lo usual es el helado pero no cuando son muchos, ahí lo recomendable son las tartas.
Luego de 2 horas llega el almuerzo: el secreto radica en una planificación minuciosa. Cuatro ensaladas serán suficientes, solo tener en cuenta que sean con productos de estación y novedosas. Una carne será el acompañamiento ideal.
Y luego el broche de oro lo pone la mesa dulce.
Texto REVISTA LIVING.