Los abipones, clasificables
dentro del grupo de culturas de los montes tenían su lugar de residencia en la
ribera del rio Bermejo. A principios del siglo 18 adoptaron al caballo. Eran
temidos por sus ataques sorpresivos a los pobladores españoles. Fue entonces
cuando el padre jesuita Martin Dobrizhoffer, de nacionalidad austriaca, tomo
contacto con ellos.
Hacia 1.749, asumió el gobierno
correntino, en calidad de lugarteniente, el sargento mayor Nicolás Patrón. Este
hombre les propone levantar una población en la orilla occidental del Paraná
como una solución para los habitantes de Corrientes. Los jesuitas se
entrevistaron con los caciques Ñare Akikin, de la nación abipona, el toba
Guachenkailen y un jefe moco vi. Los monjes propusieron un acuerdo general de paz,
pero el único que acepto fue Alikin, el abipón. Como condición exigió toda
clase de comodidades para su gente. Asi fue como el 26 de agosto de 1.750 se
fundo San Fernando del Rio Negro, en el ángulo nordeste de Resistencia.
Pero llego el año 1.767 y los
jesuitas fueron expulsados por Real Cedula del monarca Carlos tercero, siendo
reemplazados por franciscanos. Ari Alikin, no lo pudo soportar, incendio todas
las casas, se interno en la selva y no volvió mas.
Texto extraído de Enciclopedia
escolar de historia.