Las pequeñas alegrías no son
pequeñas para mi, les invento todas las razones imaginables para hacerlas tan
duraderas como sea posible, las gasto económicamente, conservándolas al igual
que un caramelo en la boca, sin acelerar su consumición, pero sin dejar de
gustar su agradable sabor.
El buen nombre de una persona es
su posesión, en igual medida que sus bienes materiales, es mas que una
propiedad, es su ángel guardián y su seguridad, su salvavidas en el mar de la
adversidad, su paracaídas cuando cae del cielo de la buena fortuna, su tabla de
salvación en las arenas movedizas del desastre personal.
La medida ultima de un hombre no
es donde se encuentra en los momentos de comodidad y conveniencia, sino donde
esa en épocas de desafío y controversia, el verdadero prójimo arriesgara su
posición, su prestigio y hasta su vida por el bienestar de otros. Texto de
Selecciones del Riders Digest.