Los araucanos creian en la
existencia de un dios superior, dueño de todo el Universo y en una vida de
eterna felicidad para los que hubieran hecho buenas acciones.
Estos al morir, eran conducidos al Kalfu Huenu, es decir, al cielo azul, en tanto que los malignos eran conducidos a la Quetro Mapo, la tierra del fuego.
Texto extraido de Enciclopedia Escolar Clarin.
Estos al morir, eran conducidos al Kalfu Huenu, es decir, al cielo azul, en tanto que los malignos eran conducidos a la Quetro Mapo, la tierra del fuego.
Cuando un araucano moría, era
ataviado con sus mejores galas y tendido sobre un cuero en el que tambien se
habían colocado sus espuelas y estribos de plata. Luego lo envolvían y
colocaban sobre su Kauel, su caballo favorito que al llegar a la sepultura, se
lo sacrificaba y enterraba junto a su dueño.
A los araucanos les gustaba mucho el baile. Pintaban sus cuerpos con
varios colores.
Se cubrían la cabeza con plumas de avestruz y se colocaban cascabeles y cencerros.
Estos bailes duraban 2 o 3 días y las mujeres no participaban de ellos.
Se cubrían la cabeza con plumas de avestruz y se colocaban cascabeles y cencerros.
Estos bailes duraban 2 o 3 días y las mujeres no participaban de ellos.
Texto extraido de Enciclopedia Escolar Clarin.